Kensho (見性) Satori (悟り)
¿Qué estoy aprendiendo de mí? Un viaje entre el Kenshō y el Satori Este blog es un espacio íntimo y expansivo donde comparto mi camino de transformación personal a través de dos formas de crecimiento espiritual: Kenshō, el despertar que surge del dolor, y Satori, la iluminación que nace de la conciencia. Aquí reflexiono sobre cómo el universo, con amor y sabiduría, nos guía constantemente hacia nuestra evolución, ya sea a través de rupturas que nos sacuden o de revelaciones que nos iluminan. Te invito a cuestionarte, a sentir, a observar tus patrones y a descubrir qué te está enseñando la vida en este momento. Porque cada experiencia —dolorosa o inspiradora— es una invitación a volver a ti, a crecer y a convertirte en esa versión tuya que ya habita en lo más profundo de tu ser. Este blog es una bitácora de ese viaje: crudo, real y lleno de conciencia. Un recordatorio de que el despertar no siempre es suave, pero siempre es sagrado.
CRECIMIENTO PERSONAL
Gabriela Juvera
12/16/20244 min read


¿Qué estoy aprendiendo de mi?
Kenshō (見性) y Satori (悟り)
El universo nos habla y nos guía hacia el crecimiento de dos maneras. Y lo hace porque su esencia es expansiva, es crecer, evolucionar y buscar el bienestar ya que son parte de su naturaleza. En el fondo, lo sabes; por eso tus deseos y pasiones son grandes. Los imaginas, los sientes, los deseas, pero tal vez aún no crees que sea posible vivirlos plenamente. Sin embargo, para alcanzarlos necesitas expandirte, evolucionar y convertirte en esa persona que puede crear todo lo que imagina.
El crecimiento personal es parte esencial de convertirnos en nuestra mejor versión, pero hay algo importante que debemos entender: muchas personas crecen de forma impredecible. El universo, en su infinita sabiduría, nos llama a crecer de dos maneras:
Kenshō: Crecimiento a través del dolor
Kenshō sucede cuando no escuchamos las señales, cuando somos tercos o ignoramos lo que la vida nos está tratando de decir. Entonces, el universo actúa de manera más drástica: rompe algo para captar nuestra atención. Puede ser una enfermedad que te lleva al hospital y te hace comprometerte a cuidar mejor tu cuerpo. O un corazón roto que, aunque duele, te enseña a ser más consciente y selectivo sobre con quién decides compartir tu vida. Tal vez intentas un negocio que fracasa y te empuja a aprender más, a prepararte mejor y a intentarlo de nuevo.
En mi caso estaba en una relación a larga distancia y dentro de mi estaba esa voz que susurraba que algo no estaba bien, tenia ansiedad, independientemente tenia una forma de relacionarme como si yo fuera una adolescente. En medio de esta experiencia, llegó un punto en que mi alma me dijo “para ya”. Me vi a mí misma, sin máscaras ni anestesia, y me di cuenta de que no había avanzado en muchos aspectos de mi vida. No estaba satisfecha ni conmigo ni con la vida que llevaba; sentí como si una ancla me arrastrara al lugar más profundo de mi humanidad.
Fue en ese instante que el Universo comenzó a mostrarme lo que realmente mi alma deseaba: un cambio de identidad, de físico, de emociones, de patrones. Me mostró que todos vivimos en un estado de víctima, y para avanzar, comprendí que era esencial salir de esa trampa.
Kenshō es crecimiento a través del dolor, pero no es un castigo. Es el universo mostrando su amor de una manera firme, obligándote a evolucionar cuando tú no has tomado la iniciativa.
Satori: Crecimiento a través de la percepción o iluminación súbita
Por otro lado, está Satori. Este crecimiento ocurre de forma más suave, a través de momentos de claridad profunda. Puede suceder mientras lees un libro, escuchas una conferencia o te sumerges en una meditación. Es ese instante en el que algo hace clic en tu interior, y de repente comprendes algo que cambia tu percepción de la vida.
Satori va más allá del conocimiento intelectual. Es una experiencia de despertar, un momento de comprensión espiritual que te transforma desde dentro.
¿Cómo podemos experimentar más Satori que Kenshō?
La clave está en invertir constantemente en tu crecimiento personal. Cuando trabajas en ti mismo, cuando te mantienes abierto y receptivo, te colocas en una posición donde los despertares son más frecuentes y el dolor se convierte en un maestro ocasional, no en un compañero constante.
Todo lo que sucede en tu vida, ya sea bueno o malo, tiene una razón. El universo siempre busca lo mejor para ti, incluso cuando parece estar quitándote algo. Quizás te aleja de alguien que no era bueno para ti o te guía hacia una alimentación más saludable cuando tu cuerpo lo necesita.
Hay algo poderoso que puede transformar tu perspectiva y tu corazón: la gratitud. Cuando entiendes que el universo opera desde un amor vasto y cuidadoso, todo comienza a tener sentido.
Escucha tu cuerpo y tus emociones
Tu cuerpo es un templo, y si no se siente saludable, es importante detenerte y preguntarte: ¿qué está tratando de decirme? Muchas veces, las emociones que no procesamos se quedan estancadas y afectan nuestra salud física y mental. No se trata solo de escuchar tu respiración o tus latidos, sino de prestar atención a lo que tus estados emocionales te están comunicando.
Reflexiona sobre tu camino
Si miras hacia atrás, a los últimos cinco años..... ¿Cómo ha cambiado las cosas para ti?
Los acontecimientos importantes que has vivido han moldeado tu calidad de vida, y en cada uno de ellos hay una lección.
Cuando comprendes esto y lo integras en tu día a día, tu vida se convierte en un despliegue constante de nuevas ideas, percepciones y despertares. El dolor deja de hundirte y se transforma en un indicador de que estás a punto de crecer nuevamente.
La próxima vez que experimentes un momento doloroso, detente y pregúntate: ¿qué puedo aprender de esto? ¿Cómo puedo crecer a partir de esta experiencia?
Cuando lo haces, te das cuenta de que el dolor no es más que una señal del universo para empujarte hacia el siguiente paso en tu vida. Un paso que, al final, solo tú puedes dar.