REGRESAR A MI ESCENCIA

✨ A veces buscamos afuera lo que siempre ha estado dentro: amor, comprensión, plenitud. Este es un viaje hacia mi esencia, un renacer al soltar el control y recordar que el universo siempre sostiene.

DESPERTAR ESPIRITUAL

Gabriela Juvera

9/10/20253 min leer

Regresar a mi esencia

Hay momentos en los que el alma nos susurra que algo no está bien, estás viviendo el día pero tienes una incomodidad interna, tus pensamientos te llevan a otro lado, al miedo, y percibes como si todo pasara muy rápido, tu voz, tus pensamientos y sientes que algo no está bien dentro de ti. Muchas veces tratamos de ignorarlo, pero tarde o temprano aparece para mostrarnos lo que no hemos querido ver.

Cuando me senté conmigo

Decidí detenerme. Me senté en silencio, sin distracciones, y me permití sentir. Entonces la emoción salió a la superficie y la reconocí: era el temor.

El temor de esa versión de mí que se aferraba a todo: a las cosas, a las personas, a las situaciones. Un apego que me hacía creer que tenía el control, cuando en realidad me estaba alejando de lo más importante: de mí misma.

El poder de soltar

Necesitaba dejar ir. Dejar ese apego a que todo sucediera como yo quería. Y cuando por fin lo solté —cuando cedí el control— regresé a mí. Regresé a la fuente, a mi esencia.

Esa esencia que había olvidado desde niña, cuando era espontánea, amorosa y brillaba sin pedir permiso. La vida, los problemas en casa y las exigencias sociales fueron apagando esa luz poco a poco, hasta que dejé de reconocerme.

El renacer

Cuando acepté lo que estaba sintiendo, le di las gracias a esa emoción por acompañarme. La honré, pero también la solté. La observé desintegrarse de mi ser, y fue como despertar de un hechizo.

Fue un renacer. Una confirmación de que el universo me sostiene siempre, que todo llega en el tiempo divino. No en el mío, no cuando mi mente lo exige, sino cuando mi alma está lista y alineada.

El gozo de fluir

Recordé entonces que siempre me he maravillado con la vida, con el universo en movimiento. Desde un amanecer hasta la certeza de estar viva en medio de este todo, del universo que contiene todo lo que necesito.

Vivir la vida es tener gozo, en dejarnos fluir, en no tomarnos todo tan a pecho, en soltar la necesidad de controlar y dejar de aferrarnos a personas o situaciones que creemos son “lo mejor” para nosotros. Porque muchas veces el apego y la mente lógica nos hacen regresar a lo conocido, y la mayoría de las veces esas cosas o situaciones ya no nos hacen bien, y es cuando tu alma y tu intuición te invitan a confiar, a creer.

No necesito forzar nada. Solo necesito ser. Ser ese ser excepcional que soy. Vivir, sentir, gozar, sin pedir permiso. Porque regresar a la esencia es recordar que nunca hemos perdido nuestro brillo: simplemente estaba esperando a que nos atreviéramos a mirarlo de nuevo.

El espejo interior

Ese espejo me mostró que todo lo que he buscado afuera siempre ha estado dentro de mí: el amor más grande, la comprensión única, mi mejor amiga, mi cómplice, mi esencia, mi mejor versión.

Y al sentir todo eso dentro, ocurrió una explosión, una coalición. En ese instante vi a mi niña interna siendo vista, y la sentí feliz. Vi a mi joven, esa parte rebelde, también siendo reconocida, amada y comprendida.

Ellas esperaban que regresara a mi escencia.

El sentimiento de completud que nació ahí es, quizá, la sensación más adictiva que puede existir. Porque no hay nada más poderoso que volver a ti y reconocerte entera.

Reflexión para ti
Haz una pausa. Respira profundo.
Pregúntate:

  • ¿Qué estás sosteniendo que ya no te pertenece?

  • ¿Qué parte de tu esencia está pidiendo regresar a la luz?

Tal vez hoy sea el momento de soltar… y volver a ti.