Volver a Casa: El Dios que Habita en Ti

Tal vez el concepto que la sociedad nos ha manejado del creador, del todo no es la real.

ESPIRITUALIDAD EN LO COTIDIANO

Gabriela Juvera

6/4/20252 min leer

La imagen de Dios que nos enseñaron

Desde muy pequeños, muchos de nosotros aprendimos a ver a Dios, al Creador, como una figura que premia o castiga, como alguien que pone condiciones para darnos su amor.
Nos enseñaron que teníamos que ser “buenos”, obedientes, seguir ciertas normas y comportarnos de cierta manera para merecer algo de Él: su atención, su protección, su bendición.

Un reflejo del sistema en el que vivimos

Así, sin darnos cuenta, fuimos creciendo con una idea de Dios limitada y condicionada, muy parecida al sistema en el que vivimos.
Un sistema que desde el nacimiento nos moldea, nos impone patrones, nos dice cómo debemos ser, qué está bien y qué está mal.
Un sistema que premia la obediencia y castiga la diferencia.

La desconexión: Dios como algo lejano

En medio de ese sistema aprendimos también a ver a Dios como algo lejano, como una fuerza externa, separada de nosotros, inalcanzable, allá arriba en algún lugar, en el cielo.

La voz interior que siempre supo la verdad

Pero algo dentro de nosotros siempre supo que había más.
Algo profundo, silencioso, ha susurrado constantemente que esa separación no es real.
Que el amor de Dios, del Creador, no está condicionado, que no hay que ganárselo… porque ya somos parte de Él.

El amor no se gana, se recuerda

No necesitamos perfección para merecer amor, ese amor es nuestra esencia misma y vive dentro de nuestro ser.

Somos alma en un templo sagrado

Cuando empezamos a despertar y a recordar quiénes somos, comprendemos que somos alma.
Un alma infinita, eterna, que eligió habitar este cuerpo para vivir una experiencia humana.
Y ese cuerpo, lejos de ser una simple forma física, es un templo sagrado.

Tratarte con reverencia transforma todo

Cuando empezamos a vernos y tratarnos con reverencia, cuando nos hablamos con más amabilidad, cuando cuidamos lo que pensamos, sentimos y creemos… todo cambia.

Una nueva relación con el Creador

Nuestra relación con el universo se transforma.
Nuestra relación con el poder creador deja de estar basada en miedo, culpa o deber, y comienza a basarse en amor, conexión profunda, unidad.
Ya no lo vemos como alguien allá afuera, sino como una fuerza viva que habita dentro de nosotros, en cada célula, en cada respiración, en cada acto consciente.

El cambio interno transforma tu mundo

Cuando hacemos este cambio interno, también cambia nuestra forma de estar en el mundo.
Nos sentimos acompañados, guiados, sostenidos.
Entendemos que no estamos solos y que nuestra vida tiene un propósito mayor.

Una invitación al reencuentro

Desde ahí, desde ese lugar de verdad, podemos comenzar a crear una realidad más alineada con lo que somos: amor, luz y conciencia.

Ejercicio de reconexión

Te invito hoy a que cierres los ojos por unos minutos.
Respira profundo.
Lleva tu atención hacia dentro y pregúntate con honestidad:

“¿Qué he creído sobre Dios que ya no me sirve?”
“¿Cómo sería mi vida si supiera que el Creador vive en mí?”

Hazlo sin juicio, con suavidad…
y deja que las respuestas lleguen.
Ahí comienza el verdadero reencuentro contigo mismo.